Irrigadores Bucales
Los irrigadores bucales son aparatos (generalmente eléctricos) que proyectan un chorro pulsátil de agua a presión en el interior de los espacios entre los dientes y las encías. Su utilización es extremadamente fácil y sus beneficios múltiples:
- Facilita la limpieza de las zonas más delicadas (implantes, coronas, puentes…) y de los dientes de las personas que llevan ortodoncia.
- Elimina la placa dental de las zonas más difíciles y menos accesibles, como son los huecos entre los dientes, las zonas interproximales, etc.
- Elimina bacterias y los tóxicos derivados.
- Ayuda a controlar la inflamación de las encías o la gingivitis.
- Masajea y reafirma las encías.
- Proporciona una agradable sensación de frescor y limpieza de la cavidad bucal.
- Permite un cuidado más exhaustivo y eficaz para las personas con necesidades especiales de higiene bucal.
Siempre un complemento, nunca un sustituto
El irrigador bucal nunca debe utilizarse como un sustitutivo del cepillado convencional o del hilo dental, sino como un complemento. Este es el último paso a seguir para disfrutar de una correcta y beneficiosa limpieza bucal.
Los especialistas, además, lo recomiendan tanto para pacientes con necesidades concretas como para aquellos que ya de por sí gozan de una buena salud dental. No en vano, estudios llevados a cabo demostraron que la acción de un chorro de agua dental es hasta un 93% más eficaz que el cepillado convencional.
El irrigador elimina no solo las bacterias más superficiales, sino también las partículas más tóxicas que se esconden a un nivel más profundo bajo la encía
Hay que tener en cuenta que un cepillo de dientes manual tiene un alcance de limpieza de hasta 3 mm bajo las encías, mientras que el irrigador (al poder combinar distintos cabezales y colutorios en lugar de agua cuando se prefiera) elimina no solo las bacterias más superficiales, sino también las partículas más tóxicas que se esconden a un nivel más profundo bajo la encía.
Por eso, recomendamos no tener pereza a la hora de cuidar nuestra limpieza dental y recordar siempre que, cuando hablamos de salud bucal, es mucho mejor prevenir que curar.