Todos deseamos tener una sonrisa perfecta y que nuestros dientes sean totalmente blancos. Sin embargo, los dientes naturalmente no tienen un color puramente blanco, más bien, los dientes sanos pueden tener ciertos tonos de amarillo.
No obstante, el problema surge si el tono de los dientes es excesivamente amarillo, ya que puede ocasionar conflictos de autoestima. Incluso, el color de estos también puede indicar alguna patología dental. Por esa razón, en este artículo analizaremos algunas causas que producen dientes amarillos, así como la prevención y los cuidados necesarios.
¿Qué es?
Los dientes tienen una capa dura y transparente, mejor conocida como esmalte dental. Debajo de esta se encuentra un tejido más blando, denominado dentina, la cual tiene un tono amarillento.
Por tanto, el color de estos es el resultado de una combinación de las propiedades de todos los tejidos que conforman los dientes. Así que, mientras más delgada sea la capa de esmalte, más se observará la dentina, es decir, ese tono amarillento en la dentadura. Por lo que el color de los dientes nunca será el mismo en todas las personas.
Causas
La mayoría de las personas consideran que la tonalidad amarilla en los dientes solo es producida por una mala higiene. Sin embargo, existen numerosas razones por las que puede producirse esta alteración dental. Algunas de estas son:
Envejecimiento: con el paso de los años es normal que el esmalte natural de nuestros dientes vaya desgastándose. Esto se debe a que los dientes de un adulto son más ricos en minerales, por lo que el color de la dentina se hará mucho más patente.
Traumatismos: los golpes en los dientes con el paso del tiempo pueden provocar la muerte del nervio, lo que puede amarillear u oscurecer las piezas dentarias.
Malos hábitos de higiene: el poco cuidado y atención que le demos a nuestros dientes influirá directamente en su apariencia. Por lo tanto, una mala higiene o una técnica inadecuada de esta provocará la aparición del sarro, y a su vez un tono amarillento.
Alimentación: muchos de los alimentos que consumimos a diario contienen pigmentos que pueden llegar a desgastar el esmalte, como el café, las infusiones o las gaseosas.
Bruxismo: aquellas personas que padezcan este problema, es decir, que tiendan a rechinar sus dientes, son más propensas a tener un color amarillento en los dientes. Esto se debe a que dicha presión produce una calcificación en los conductos del tejido nervioso.
Tabaco: uno de los hábitos más dañinos para nuestra salud bucal es este. Pues, la nicotina genera un color amarillento en la dentadura, lo que a su vez opacará el brillo de estos.
Genética: la coloración de nuestros dientes es definida por los genes, al igual que ciertas enfermedades, las cuales pueden provocar daños en la dentina o el esmalte, tales como la dentinogénesis y la amelogénesis.
Fluorosis: algunos tratamientos de flúor pueden alterar el brillo de los dientes. Además, algunas pastas de dientes, enjuagues bucales e incluso el agua de algunas zonas con mucho flúor pueden generar manchas en los dientes.
Medicinas: algunos fármacos pueden alterar el tono de los dientes. Por ejemplo, ciertos antibióticos que se utilizan para tratar la artritis o el acné pueden provocar un color amarillento o incluso azulado.
Amalgamas de plata: algunos tratamientos dentales, como las amalgamas de plata, empiezan a deteriorarse con el paso del tiempo y producen un tono poco estético en los dientes.
Prevención
Aunque es imposible frenar el paso del tiempo, sí es posible prevenir que este desgaste en el esmalte se produzca más rápido. Muchos odontólogos recomiendan las siguientes medidas:
· Cepíllate los dientes después de cada comida, preferiblemente 3 veces al día.
· Usa hilo dental, al menos 2 veces al día.
· Utiliza un enjuague bucal, tanto en la mañana como en la noche.
· Cambia tu cepillo dental cada 3 o 4 meses.
· Utiliza un cepillo con cerdas suaves.
· Disminuye el consumo de gaseosas, el vino, el café e infusiones.
· Evita el tabaco.
· Mantén una dieta sana y equilibrada.
· Disminuye el consumo de alimentos o bebidas con colorantes, ya que estos pueden oscurecer los dientes.
· Reduce el consumo de alcohol.
· Visita al odontólogo de manera regular (preferiblemente cada 6 meses).
· Evita los tratamientos de blanqueamiento caseros.
Tipos de manchas
La discromía o las alteraciones en el color de la dentadura se clasifican según su factor de origen. Estas se dividen en dos grupos y en ambos casos la alteración puede afectar a uno o varios dientes.
Causas intrínsecas: estas manchas forman parte de la estructura del diente o se encuentran dentro de él. Dicha alteración puede ser generada por la fluorosis, hipoplasia del esmalte, traumatismos, envejecimiento o por el consumo de ciertos antibióticos.
Causas extrínsecas: son aquellas manchas que aparecen solo en la capa externa del diente, es decir, el esmalte. Estas son generadas por alimentos o bebidas que tienen componentes pigmentadores.
Además, estas alteraciones también pueden dividirse según el grado de daño que exista en la dentadura. Los especialistas en este campo consideran que hay cuatro fases de este problema, estas son:
Grado I: en esta primera fase se puede observar una coloración amarillenta o marrón claro en los dientes muy leve.
Grado II: es la más común entre la población, en la cual se puede observar un color uniforme amarillo, gris o marrón claro en los dientes. Pero en este caso, el tono será más intenso que en el anterior.
Grado III: en este caso el tono será mucho más excesivo y suelen aparecer manchas o puntos en los dientes.
Grado IV: en este nivel el problema ya es mucho más grave, por lo que se podrán observar muchas irregularidades en los dientes, casi siempre de un tono gris o marrón.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de la causa de las manchas u oscurecimiento de los dientes. Por lo tanto, el especialista es quien debe determinar cuál es el tratamiento indicado para ti, para que este pueda ser efectivo. Algunos de las técnicas más utilizadas para dar solución a este problema son las siguientes:
· Blanqueamiento dental.
· Limpieza dental.
· Carillas de cerámica o composite.